Direccionamiento Nucleado, una nueva opción para la gestión empresarial

Una metodología enfocada en aumentar la efectividad de la empresa a partir del logro contundente de objetivos


Los nuevos cambios en la cultura de gestión de la era de la información, han abierto el camino al desarrollo e implementación de modelos de gestión empresarial que permiten agilizar el flujo de las comunicaciones en las empresas y alcanzar el cumplimiento efectivo de las dinámicas organizacionales. 
El direccionamiento nucleado es una nueva metodología de gestión que critica la planeación estratégica (misión, visión) por considerarla demasiado teórica y poco práctica. 

Este modelo surge como respuesta a la problemática que se presenta en diferentes áreas de la organización, en las que se mezclan el trabajo estratégico con el táctico y el operativo, dando como resultado que el trabajo operativo emplee el tiempo requerido para la ejecución de una acción estratégica.

Este nuevo modelo de gestión permite simplificar la estrategia para que la ejecución sea más práctica, por esta razón, no parte de tareas sino de objetivos, los cuales están estructurados por orden de importancia en estratégicos, tácticos y operativos. 

Un objetivo estratégico es el que percibe una organización en su conjunto. Desde esta perspectiva, las acciones que son necesarias para lograrlo cumplen con objetivos tácticos y las tareas para el desarrollo de dichas acciones cumplen con objetivos operativos.

De esta forma, el objetivo de un área puede ser estratégico para ella pero táctico para la organización. 

Uno de los elementos más importantes del direccionamiento nucleado es la congruencia que debe existir entre los objetivos. Este factor hace que la empresa sea más dinámica a la hora de alcanzar resultados corporativos. Cuando los objetivos no son congruentes, el colaborador siente que trabaja mucho pero alcanza poco. 

La jerarquización de objetivos que brinda el direccionamiento nucleado permite al colaborador de la empresa priorizar acciones y encaminar el desarrollo de sus labores hacia el cumplimiento del objetivo estratégico, es decir, concentrarse en lo que tiene que hacer. Por tal razón, el primer paso en la ejecución de esta metodología es la identificación del objetivo estratégico y a partir de allí establecer y direccionar las acciones que permitirán su alcance. 

Las empresas que implementan este modelo de gestión, publican el direccionamiento estratégico en cada una de las áreas implicadas, reemplazando de esta forma temas como la misión y la visión corporativa. Del mismo modo, identifican y dan a conocer las políticas, relacionando el objetivo a cumplir en determinados espacios de tiempo y marcos de acción. 
La definición de los indicadores es otro factor clave en el desarrollo de este proceso y se debe tener en cuenta que éstos deben ser definidos para cada uno de los niveles (estratégicos, tácticos y operativos). Los indicadores relacionados con la efectividad, es decir, con el cumplimiento del objetivo y de la eficiencia, son los más importantes. 

De este modo, se presenta una nueva propuesta en gestión, simple y organizada a la hora de alcanzar resultados contundentes que contribuirá a priorizar el desarrollo de acciones estratégicas en su organización.